La cirugía fetal es relativamente reciente
y por ello no siempre conocida. Las primeras intervenciones se realizaron a
finales del siglo 20.
Este procedimiento, es realizado mientras
el feto aún se encuentra dentro del útero de la madre. Su potencial es enorme cuando
el bebé tiene algún tipo de malformación o enfermedad que puede provocarle la
muerte o secuelas muy graves, y aún se puede hacer algo para curarlo o por lo
menos retrasar el desarrollo de la enfermedad para poder llegar al nacimiento y
operar al niño una vez nacido.
Uno de los casos más famosos que recuerdo, fue
cuando el 19 de agosto de 1999, el fotógrafo Michael Clancy captó la imagen de
Samuel Armas (quien para entonces era un feto de apenas 21 semanas de edad)
agarrando los dedos de su médico durante una cirugía innovadora para corregir un
problema en su espina bífida.
Casi cuatro meses después, el 2 de
diciembre de 1999, Samuel nació ya “famoso” puesto que su foto se publicó por
primera vez en “USA TODAY” el 7 de septiembre de 1999 (antes de que naciera) y
de ahí se extendió rápidamente por todo el mundo como prueba de que los niños
no nacidos son pacientes que pueden ser tratados medicamente.
Con alegría leí, que recientemente en Costa
Rica, médicos del Hospital San Juan de Dios salvaron la vida de un bebé que
todavía se encuentra en el vientre de su madre, con 30 semanas de embarazo. Al
pequeño le colocaron un dispositivo para drenar líquido del tórax porque estaba
comprimiéndole el corazón y comprometiendo su vida.
El médico Joaquín Bustillos, ginecólogo,
especialista en embarazos de alto riesgo y cirugías intrauterinas, fue quien
realizó la intervención. “Ayer realizamos un procedimiento fetal, colocamos un
aparatito en el tórax de un bebé para drenar líquido que estaba comprimiendo el
corazón, corría el riesgo de dejar sin fuerza al corazón y entrar en paro el
bebé. Hay que esperar la evolución completa del embarazo pero estamos muy
contentos con el procedimiento, todo salió muy bien”, comentó Bustillos. Con la
cirugía se impidió la muerte del pequeño antes de que naciera. Ello le
permitirá crecer un poco más y entonces, si es necesario adelantar su
nacimiento correrá menos peligro. “si naciera en este momento está muy
pequeñito, pesa 800 gramos y podría no sobrevivir (…) La idea con esto es que
se prolongue un poco más el embarazo y evitar que se muera dentro del vientre
de la mamá”, explicó el médico.
Como los dos casos relatados, hay
muchísimos casos más en los que la cirugía fetal ha salvado la vida de niños
antes de nacer o que les ha mejorado muchísimo su calidad de vida. Cada vez
será más común leer noticias que indiquen, por ejemplo: Un feto de 21 semanas y
dos días de gestación que padecía una obstrucción de la laringe que le impedía
respirar y que le podía condicionar un fallo cardíaco, ha sido operado
intrauterinamente con pleno existo. El procedimiento consistió en introducir un
endoscopio de cirugía fetal en el útero, dirigirlo a la boca fetal, hacerlo llegar
hasta las cuerdas vocales y desatascar la laringe de una membrana anómala que
le impedía respirar. Tras la operación el embarazo siguió su curso normal y 16
semanas después nació un niño sano (Diario Medico 18/24-XI-2013).
La posibilidad de corregir malformaciones actuando
sobre el feto, ha hecho que éste pase a ser considerado como un paciente más, que
tiene derecho a ser tratado médicamente antes de que abandone el vientre materno,
ya que contamos con las herramientas tecnológicas necesarias para ayudarlo.
¡Bien por todos estos médicos! Son un verdadero
testimonio de vida que destroza los argumentos de aquellos que están a favor
del aborto.
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