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¿Matar al inocente e indefenso? |
El
aborto en los casos de embarazo, por violación o incesto, es un tema difícil:
nadie quiere herir a quien ha sufrido semejante trauma. Para algunos, el aborto
parece una respuesta compasiva, pero realmente ¿Lo es?
El
aborto no quitará el trauma por la agresión sexual, más bien hay que recordar
las secuelas psicológicas que deja en la mujer (síndrome post aborto). El
aborto no es terapia, no "cura", únicamente agrega más trauma al que
ya está sufriendo la mujer.
En
una importante revisión médica publicada en el British Journal of Psychiatry
(199; 180-186, 2011) se abordó el estudio de las posibles secuelas
psicológicas del aborto. La revisión que
evalúa 22 estudios, que incluyen 877.181 participantes, de las cuales 163.831 habían
abortado, comprobó que las mujeres que lo hicieron aumentan en un 81% las
probabilidades de tener problemas mentales que las que no lo han hecho.
El
peligro de sufrir problemas de ansiedad aumenta en un 34 %; la posibilidad de
padecer una depresión en un 37%; la de caer en el alcoholismo en un 110% y la
de iniciarse en el consumo de marihuana en un 220%.
Alentar
a la mujer a dar salida a su enojo desplazándolo mediante una venganza contra
su hijo, solamente produce un impacto negativo y actitudes auto destructivas en
su mente. En el mejor de los casos el aborto sólo ocultará uno de los síntomas
físicos de la violación, pero en su lugar, la mujer tendrá que enfrentarse con
el recuerdo constante de que ha matado a su hijo.
El
aborto no es una buena solución. En el libro "Victims and Victors"
(Víctimas y Vencedoras) basado en las historias de casi 200 mujeres que
quedaron embarazadas luego de una violación o una relación incestuosa, ellas dijeron
que el aborto no fue una "solución" que las ayudara sino que solo
añadió más trauma.
La
mayoría indicó que el aborto fue el resultado de la presión que ejercieron
quienes estaban cerca de ellas o porque no encontraron apoyo. En los casos de
incesto, la decisión de abortar se tomó para cubrir esa agresión sexual.
Edith,
quedó embarazada de su padrastro cuando tenía 12 años y fue llevada por su
madre a abortar. Años después Edith escribió: "A lo largo de los años he
estado deprimida, suicida, furiosa, sola, indignada, y he sentido una sensación
de pérdida... El aborto que se suponía que era "lo mejor para mí", no
lo ha sido. Por lo que yo puedo decir, sólo "salvó su reputación",
"resolvió sus problemas", y les permitió seguir con sus vidas
alegremente. (...) Los problemas no se terminan con el aborto, éste sólo empeoró
las cosas."
Kathleen,
quien dio a luz y crio a su hijo después de sufrir una violación, en una cita
cuando era apenas una adolescente, y escribió que creía que los defensores del
aborto se han aprovechado de historias como la suya: "He vivido una violación,
y también estoy criando a mi hijo que fue concebido en la violación, me siento
personalmente ofendida y agredida, cada vez que oigo que el aborto debería ser
legal en casos de violación e incesto. Siento que estamos siendo utilizadas
para promover el tema del aborto, a pesar de que no se nos ha pedido contar
nuestra versión de la historia."
El
experto David C. Reardon dice: "En las víctimas de la violación que
quedaron embarazadas y que sabiamente eligieron mantener la vida de su hijo, la
elección por el nacimiento es la elección que triunfa sobre la violación, es la
elección del bien sobre el mal, el triunfo del amor sobre la violencia. Una
elección así viene a decir que "la violación no va a regir mi vida",
que aunque yo haya sido violada, no voy a someterme a la ley de la violencia
sino del amor. Es una elección que saca algo bueno de lo que parece ser tan
intrínsecamente malo. En lugar tener que recordar el temor y la vergüenza que
pasó, su elección en favor de la vida le permitirá recordar su coraje y
generosidad."
El
aborto nunca es una solución: agrede a la mujer y mata al inocente e indefenso.
Publicado en la columna Al pan... pan, Diario Extra 8 de mayo del 2014
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