jueves, 20 de febrero de 2014
¿Eutanasia infantil?
Con
profundo dolor nos hemos enterado, que recientemente en Bélgica se ha
convertido en el primer país del mundo que permite la eutanasia infantil sin
límite de edad. En Holanda ya se permitía pero sólo a mayores de 12 años.
Etimológicamente,
la palabra eutanasia está compuesta de dos términos griegos: eu (buena) y
thánatos (muerte). Todo ser humano desea tener una "buena" muerte. Entonces,
¿Cuál es el problema?
El
asunto es que en la práctica, el
verdadero significado de eutanasia es que procura en forma directa la muerte a una
persona enferma incurable, o a minusválida, o anciana. Incluso, se ha llegado a
aplicar a personas deprimidas, sin estar ni siquiera físicamente enfermos,
simplemente porque ya no quieren vivir más.
Ya
Hipócrates, 460 años antes de Cristo, en su juramento indicó: “Y no daré
ninguna droga mortal a nadie, aunque me lo pidan, ni sugeriré un tal uso”.
Impresiona
que en pleno siglo 21, con los avances de calidad en los cuidados paliativos, se
proponga como supuesta “solución” la eutanasia, dado que la medicina siempre
debe estar al servicio de la vida. Así, en los casos en que se está ante una
enfermedad grave irrecuperable, toda la capacidad de los médicos debe estar
dedicada a aliviar el sufrimiento.
En
los países donde la eutanasia legalmente se permite, su práctica tiende a expandirse cada vez más. A
este fenómeno se le ha llamado, la "pendiente resbaladiza". Esto es,
que se ignoran los requisitos legales para su práctica y se acaba aplicándola
en forma incontrolada, incluso en recién nacidos.
Por
ello, ya desde el año 2012, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
aprobó una resolución en la que recomienda prohibir la muerte asistida. En la
resolución aprobada se indica que “la eutanasia, en el sentido de la muerte
intencional, por acción u omisión, de un ser humano en función de su presunto
beneficio, siempre debe estar prohibida”. Especialmente fue preocupación del
Consejo de Europa, que los menores de edad, por su inmadurez, no son capaces de
otorgar su consentimiento. ¿Pueden alguien creer que los niños están
capacitados para decidir si quieren vivir o no?
La
Cumbre Internacional de Cuidados Paliativos que recientemente se celebró en
Bombay también emitió infructuosamente un comunicado urgente, a efecto de pedirles
a los diputados belgas que rechazaran el proyecto de ley.
También
hay que tener en consideración, que el permitir legalmente la eutanasia crea
una presión intolerable sobre grupos indefensos como lo son los ancianos y los
enfermos crónicos o en fase terminal, que se sienten casi obligados a
solicitarla, ¿pueden ustedes imaginarse el impacto de la eutanasia en niños?
Analizando
el tema desde el punto de vista de la función del médico, lo aprobado en
Bélgica no tiene sentido. La razón de ser de la medicina es la curación del
enfermo en cualquier fase de su dolencia, la mitigación de sus dolores, y la
ayuda a sobrellevar el trance supremo de la muerte cuando la curación no es
posible.
La
eutanasia, por el contrario, no sólo es la renuncia a esa razón de ser, sino
que consiste en la deliberada decisión de practicar justamente lo opuesto a la
medicina, ya que es dar muerte a otro.
Existe
una diferencia sustancial entre ayudar a un enfermo a morir dignamente y
provocarle la muerte. No encuentro nada digno en el hecho de que se me mate
sólo porque se me considere una carga el cuidarme. Al contrario, encuentro que
es mucho más acorde a mi dignidad humana, morir rodeada del amor, de los
cuidados y de las atenciones básicas necesarias, prestadas por parte de mis
seres queridos y de mis semejantes. Ese amor,
cuidados y atenciones reafirman
mi dignidad como ser humano.
¡Negarle
ese amor, cuidado y atención a un niño me parece algo absolutamente monstruoso!
Columna Publicada en Diario Extra, 20 de febrero 2014